La Bienaventurada, la Madre de Dios y nuestra Madre nos anuncia cuanto Dios puede hacer en nosotros y por nosotros. María nos recibe y nos invita a cantar, con Ella, el Magnificat.

María creyó; su grandeza y el fundamento de su felicidad fue su fe.
Es dichosa y feliz porque supo aceptar la Palabra de Dios, que depositó en su corazón. Por eso fue bendita entre todas las mujeres y alcanzó en plenitud la gloria de ser elevada al cielo.
Por eso los invitamos a colocar la flor blanca en los floreros dispuestos para honrarla en este día tan especial para los Maristas.
Hoy, como la Iglesia gozosa celebra este misterio.
Es FIESTA PATRONAL MARISTA porque un día como hoy pero de 1816, el Padre Champagnat comenzaba su labor como vicario de la Parroquia de La Valla.
Recemos a la Virgen por nuestras intenciones y las de nuestros familiares, amigos y conocidos!!!

1956 15 de agosto de 2017